Ruta 21, La olla.
No existen materiales que aguanten nuestro ritmo, ni XTR, ni XX, ni ná de ná, ahí está el ejemplo de nuestro amigo Juancho que hizo polvo los trinquetes del núcleo de su rueda trasera y eso que ayer fue una de esas rutas que prácticamente no tienen cuestas, ni barro, ni agua, ni lodazales, ni piedras sueltas, ni restos de ramas podadas, ni rodadas asesinas, ni cervecitas ni pancetita a la brasa.
Y es que esta, la ruta de la olla por Burguillos, es una verdadera gozada desde sus inicios. Ya subiendo las cuesta de belén hacia la ermita se intuye la dureza que nos depara, sobre todo si se hace al ritmo que va marcando el enfermo de Matas, al cual ya al final del recorrido hubo que prohibirle se posicionase a la cabeza del pelotón y eso que para mas Inri iba lastrado con un cacho piedra que se encontró no se quien.
Pocas incidencias, un par de pinchazos que sirvieron entre risa y risa para hacer acopio de espárragos trigueros o dedicarnos a fotografiar el desmogue platanero de Gonzalo ahora que es época (ya mandaré la foto), alguna que otra caída sin importancia gracias a lo mullidito que está el terreno y la avería de la rueda que antes comenté.
Me gustaría terminar esta crónica dominguera recordando la presencia ayer entre nosotros de nuestro amigo Cele. Poco a poco sin forzar se van llenando los vacíos importantes; los otros, los otros no importan.
1 comentario
Antonio Matas -
Bueno, lo dicho, deseo con todas mis fuerzas que este comentario no provenga de ninguna de las personas que yo he conocido y además aprecio dentro de este mundo.
PD: Antonio, como coño se supone que se vé el vídeo.