Ruta larga de Otoño 2014.
Antes que pase más tiempo, creo necesario el poner el comentario del amigo Pedro y la foto que resume los dos dias de convivencia que hemos vivido, espero poder seguir realizando este tipo de actividad que hace mucho más fuerte a nuestro grupo.
GRACIAS A TOD@S
Como si de un oxímoron se tratase, como la paradoja que creó el universo. “El dulce sabor de la derrota”, el oxímoron, la paradoja, el interrogante. Los caminos que se pierden, los que nos acercan a la muerte y a la vez nos dan la vida. El vaivén de la aventura, las pretensiones, las sendas olvidadas de un mapa antiguo que el tiempo borró. Imágenes sueltas en mi frágil memoria que como anuncios de televisión pasan una y otra vez sin prestarles demasiada atención.
Comparar las rutas largas entre si se me ocurre una tarea inútil, cada una de ellas complementa los vacíos de las otras formando en conjunto el guion de nuestra odisea personal.
Es la segunda vez que atacamos la ruta de Aroche, habíamos estudiado, dentro de las posibilidades que nos ofrece la tecnología doméstica, cada camino, cada paso una y otra vez, intentando minimizar los despistes, los riesgos, los cruces complicados. Recuerdo con especial regocijo cuando conecté con el camino que nos cruzaba el rio Múrtigas por un puente, “cojonudo, no nos mojaremos los pies, ni tan siquiera habrá que lanzar las botas para vadearlo descalzo”. Pusimos especial cuidado en no atravesar fincas particulares salvo aquella donde nos quisieron dar hasta la llave de las cancelas. Quisimos que la aparición de la Z ante nosotros se nos mostrase desafiante para atacarla y vencerla, quisimos ganar tanto a la naturaleza que ella de un plumazo, en el silencio de un arroyo que corría lento entre los innavegables jarales nos susurró: “Hoy no es vuestro día hoy lo tenía reservado para otros, daos la vuelta, hoy toca morir y en este escenario vosotros sobráis”.
El resto ya lo conocemos todos, cambio de senderos, todos ellos inigualables, bellos a rabiar, agotadores, perfectos para haberlos escogido también como primera opción. La sed, el calor, las últimas cuestas antes de llegar a la plaza, las primeras cervezas, los abrazos, la alegría, las fotos, las tortillas, la cena, los gin-tonics, las campanas dando las dos y las tres. Estampas que pasan fugaces como el rápido crepitar de unos troncos ardiendo en el fuego de nuestras vidas.
Hacía mucho tiempo que no dedicaba un ratito a escribir una crónica, he debido de perder la costumbre, y se me está haciendo un poco larga la cuesta de darle forma, falta de hábito supongo, deberé seguir entrenando para estar a la altura del desafío semanal. De la misma forma animo a los que por diversas razones habéis faltado a poner esa pizca de ilusión que notamos que os falta. Las cuestas en definitiva son tan duras como uno quiera verlas, en esto de los pedales todos sabemos que la cabeza manda mas que las piernas.
Ya mismo estoy buscando nuevos caminos, nuevas sorpresas, nuevas ilusiones, otras rutas que sumar, otras piedrecitas que cuenten nuevas historias.
5 comentarios
domingo -
domingo -
Fermín -
Juan -
robocop -
Decir, que creo, que si no acertamos en el recorrido por circunstancias ajenas, si podemos decir que la gesta que todos buscábamos se hizo realidad por otras circunstancias, que nos llevaron como no podía ser de otra manera a hacer de esta ruta, otra ruta inolvidable y desde luego positiva para mí.
Daros las gracias a todos por los buenos días que que hemos pasado y animaros a que esto no decaiga.